1.113.724 visitantes al año. Esta es la cifra récord que al parecer ha impulsado al Zoo de Barcelona a ampliar sus instalaciones de cautiverio para los seis delfines que viven tras sus muros y seguir con su explotación comercial. Pese al cambio de modelo de negocio (sin exhibiciones y más espacio) y la nota "la gente podrá verlos en su comportamiento natural", no nos engañemos, tal como dijo Jacques Cousteau en una ocasión: "Ningún acuario, ninguna piscina en un parque marino, por muy grande que sea, puede replicar las condiciones del mar. Y ningún delfín que vive en uno de esos acuarios o parques marinos puede ser considerado normal". La ampliación del delfinario probablemente lleve a potenciar los programas de reproducción para mantener llenas sus nuevas instalaciones. Criar delfines para encerrarlos de por vida en una piscina de cemento es cruel, al igual que inhibir sus instintos naturales privándoles de la rica calidad de vida que les brindaría la naturaleza. Si hubiera una preocupación real por estos delfines, el Zoo de Barcelona invertiría los 10 millones de euros que costará el proyecto en una "jubilación" digna para estos seis delfines buscando alternativas para redimir a estos delfines de años de explotación y pondría fin a los programas de reproducción o intercambio. Cuando se trata del bienestar de estos delfines hay que ser radicales y dejarse de medias tintas. NO al cautiverio.
martes, 25 de marzo de 2014
NO al cautiverio.
1.113.724 visitantes al año. Esta es la cifra récord que al parecer ha impulsado al Zoo de Barcelona a ampliar sus instalaciones de cautiverio para los seis delfines que viven tras sus muros y seguir con su explotación comercial. Pese al cambio de modelo de negocio (sin exhibiciones y más espacio) y la nota "la gente podrá verlos en su comportamiento natural", no nos engañemos, tal como dijo Jacques Cousteau en una ocasión: "Ningún acuario, ninguna piscina en un parque marino, por muy grande que sea, puede replicar las condiciones del mar. Y ningún delfín que vive en uno de esos acuarios o parques marinos puede ser considerado normal". La ampliación del delfinario probablemente lleve a potenciar los programas de reproducción para mantener llenas sus nuevas instalaciones. Criar delfines para encerrarlos de por vida en una piscina de cemento es cruel, al igual que inhibir sus instintos naturales privándoles de la rica calidad de vida que les brindaría la naturaleza. Si hubiera una preocupación real por estos delfines, el Zoo de Barcelona invertiría los 10 millones de euros que costará el proyecto en una "jubilación" digna para estos seis delfines buscando alternativas para redimir a estos delfines de años de explotación y pondría fin a los programas de reproducción o intercambio. Cuando se trata del bienestar de estos delfines hay que ser radicales y dejarse de medias tintas. NO al cautiverio.
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